“La voluntad de pasar página es clara”, subrayó Hamon en una entrevista a la emisora “France Inter”, en alusión a sus repetidas críticas a la acción del Gobierno socialista del presidente François Hollande, defendida por su contrincante Valls.
Hamon, que de acuerdo con resultados todavía provisionales obtuvo ayer el 36,21 % de los votos, por delante del 31,29 % de Valls, hizo notar que esa voluntad de cambio también la defendía el tercer candidato en liza, Arnaud Montebourg, que tras quedar eliminado de la segunda vuelta del próximo domingo (con un 17,62 % de los sufragios) anunció anoche que apoyará a Hamon.
Reconoció que, pese a las expectativas que lo hacen ganador el próximo domingo, ahora se inicia una nueva campaña con un resultado abierto, y avanzó que si finalmente él es el candidato su intención después es “unir a la izquierda”.
Sobre su programa, reiteró el que es su gran estandarte, la renta mínima universal, y también la idea de que la revolución digital conduce a compartir el trabajo.
Hizo notar que su gran diferencia con Jean-Luc Mélenchon, que representa a la izquierda radical al margen de los socialistas, es su apuesta por la construcción europea, con dos prioridades: la Europa de la energía y la Europa de la defensa.
En cuanto al problema de la deuda, dijo que “hay que acabar con esta presión sobre los Estados europeos”, y eso pasa por reducir la de “los países más endeudados” y mutualizar la deuda que se emita en el futuro, es decir, que haya una garantía conjunta.
Hamon no se pronunció directamente sobre las dudas que subsistían hoy sobre las verdaderas cifras de participación de ayer y se limitó a señalar que le gustaría “que se despeje la incertidumbre rápidamente”.
Aunque los organizadores de las primarias anunciaron ayer, poco después del cierre de los colegios electorales, que habían sido entre 1,5 y 2 millones las personas que habían votado, esta mañana las cifras públicas del escrutinio llevaban mucho tiempo situadas por debajo de 1,3 millones.
El dato final es importante porque se va a comparar con los 2,6 millones de sufragios de la primera vuelta de las primarias de los socialistas en 2011 y con los 4,2 millones de las primarias del centro-derecha del pasado noviembre, que dieron la victoria a François Fillon, favorito de las encuestas para las presidenciales.