A nivel medioambiental, ya estamos sobre aviso por el papa Francisco.
A nivel político, los grandes imperios han pretendido siempre dominarnos. Desde el siglo XVI las grandes metrópolis colonizadoras, se repartieron entre ellas este papel. Lo nuevo ahora es el convencimiento de que el gobierno mundial está siendo ejercido por un grupo económico muy pequeño.
En plena Segunda Guerra Mundial, fue rumor que los grandes capitales internacionales de los países, que se mataban entre sí, se reunían secretamente en Suiza. Hace cuatro años me recomendaron leyera El club de Bilderberg, que trata de los capitales selectos que dominan al mundo. Dos datos solamente sobre este tema. No del todo fiables, pero que marcan una dirección para reflexionar.
Esta reflexión muestra una realidad creada y mantenida por fuerzas lejanas y poderosas que están fuera de nuestro alcance.
El actual Paraguay crece por el destino de ser sojero y ganadero, decidido lejos para bien de quienes no conocemos, con participación cercana de los que engordan las vacas, cultivan con agrotóxicos y desde el Gobierno les ayudan, meros intermediarios bien pagados.
Bajo ahora a la realidad de los que por humanidad, muchos también por fe religiosa, soñamos comprometidos en un Paraguay más justo dentro de un mundo más hermanado.
Nosotros nos oponemos al ídolo dinero de ese gobierno del poder económico, cada día más planetario.
“Los hijos de las tinieblas parecen más listos que los hijos de la luz”. Estas palabras de Jesús nos indican su gran desarrollo.
Sin embargo, nosotros venceremos. Al final de los tiempos, el triunfo será total porque será el triunfo del plan del Reino de Dios. No lo dudemos.
Y aquí en el espacio de vida de cada uno, iremos siempre avanzando con pequeñas o grandes batallas ganadas.