Ellos son los autores del Informe de la Masacre de Curuguaty, el primero y uno de los más completos escritos sobre este tema.
Cuando se cumplen cuatro años y siete meses de este asesinato, edito las palabras con que comienza esta publicación.
“Paraguay es uno de los diez países más desiguales del mundo. El principal medio de producción, la tierra, está concentrado en manos de una oligarquía terrateniente.
Casi el 90% de la tierra está en manos del 2% de la población.
Estas insostenibles desigualdades han derivado en una continua conflictividad social, manifestada a través de recurrentes ocupaciones por parte de campesinos sin tierras. Desde unos años atrás estas ocupaciones han venido acompañadas por los consiguientes desalojos por parte de la policía.
En la mañana del 15 de junio del 2012 un contingente de la Policía Nacional, junto con efectivos del grupo de Operaciones Especiales (GEO) y comandados por la Fiscalía de la zona, procedieron a ejecutar una supuesta orden de desalojo de la finca usufructuada por la firma Campos Morombí SA de Curuguaty. El supuesto titular de dicha finca era el terrateniente, antiguo senador y ex presidente del Partido Colorado Blas N. Riquelme.
“El operativo de desalojo contó con 324 efectivos policiales. Dos columnas de policías se acercaron cada una desde un flanco diferente, rodeando a los campesinos desde las dos entradas al predio”.
Palabras iniciales del Informe de la Masacre de Curuguaty. Luego con profusión de fotos narra lo sucedido y el comienzo de la gran farsa judicial, llena de irregularidades. La mayor de todas, el investigar el fiscal Jalil Rachid la muerte de seis policías sin importarle la muerte de los 11 campesinos.