Algún día habrá justicia en el Paraguay y viviremos un juicio ejemplar a todos los que han intervenido en la masacre y el juicio de Curuguaty en Marina Cué (15-6-2012). Irán a Tacumbú y tendrán un juicio ejemplar estos corruptos.
Entonces habrá un juicio a la inversa.
Se sentarán en el banquillo para ser juzgados el diputado y el senador que pidieron al juez que desalojaran a los campesinos de Marina Cué. La fiscala que cambió la orden por el camino, el fiscal que solo se ocupó de los policías muertos, que perdió pruebas a favor de los campesinos e introdujo otras falsas y que luego fue premiado con el Viceministerio del Interior.
También los tres fiscales que le sustituyeron y el Tribunal de Sentencia que admitió sus acusaciones sin pruebas. Y en la apelación se ratificó en todo ello. Y quienes acaban de negar el hábeas corpus.
Entonces se abrirán varias líneas de investigación.
Por ejemplo, sobre la actuación de los sicarios o matones de Campos Morombí, propiedad del presidente de la ANR. ¿Fueron en Marina Cué los culpables de los asesinatos para que los campesinos no hicieran más invasiones o seguimos con la acusación de que fueron fuerzas pagadas de la FOPE?
Está también por investigar la pista del narcotráfico, desde que se descubrieron en el centro de Campos Morombí cuarenta hectáreas de marihuana.
Cuando haya justicia en el Paraguay, todo esto se aclarará. Para entonces habrán pasado años de prisión inocentes campesinos. Por eso hay que darse prisa.
Pero no lo dude. Un día –como dijo Francisco–, rendiremos un tributo a esos campesinos, protagonistas de su pueblo, que lucharon por tierra para vivir.