Reuters
ATENAS - GRECIA
Miles de griegos salieron a las calles ayer para manifestarse por el referendo de este fin de semana que podría decidir el futuro de su país dentro de la zona euro, mientras los sondeos muestran que las opiniones están divididas casi en partes iguales.
El primer ministro Alexis Tsipras, electo en enero en medio de promesas de poner fin a 6 años de austeridad, exhortó a sus compatriotas en un discurso televisado a rechazar las duras condiciones de un acuerdo de ayuda propuesto por acreedores internacionales para mantener al país a flote. Sus socios europeos dicen que un voto por el “no” pone en peligro la permanencia de Grecia en la zona euro.
Tsipras dice que exageran por temor a las consecuencias para Europa y la economía global. Pero un voto por el “sí” podría determinar su salida del Gobierno e inaugurar un nuevo periodo de inestabilidad política para un país que tambalea tras 5 días de bancos cerrados y límites a los retiros de efectivo.
Repitiendo la embestida contra sus socios europeos, a quienes acusó de chantaje y de plantear ultimátums a Grecia, Tsipras pidió calma de cara a la votación del domingo.
“Lo que está en juego el domingo no es la permanencia de Grecia en Europa, sino si el chantaje nos obligará a aceptar la continuación de una política que los mismos prestamistas reconocen que es un callejón sin salida”, dijo.
“Lo que está en juego el domingo es si daremos consentimiento a la muerte lenta de la economía”, agregó.
Sus oponentes acusan a Tsipras de jugarse el futuro de Grecia con un plebiscito a las apuradas que para un organismo europeo de derechos humanos no cumple con los estándares internacionales de imparcialidad.
El referendo es convocado para que los griegos decidan si aceptan o rechazan las condiciones del acuerdo. Tres sondeos de opinión muestran una muy ajustada ventaja para el “sí” y un cuarto pone al “no” un 0,5% adelante, pero todas las mediciones muestran ventajas dentro del margen de error. “Sabemos que los prestamistas van a cerrar la puerta si nosotros decimos que no, pero debemos pelear”, dijo Irini Stavridou, una jubilada de 65 años que asistió al acto por el “no” en la céntrica plaza Syntagma.
“Debemos pelear no solo por Grecia sino por toda la gente de Europa, por aquellos que simplemente tienen una opinión diferente”, agregó.
En Syntagma, los parlantes dejaban oír canciones patrióticas a un volumen bien alto. Los simpatizantes del “sí” se congregaron frente al viejo Estadio Olímpico y se identificaban con el Himno a la alegría, emblema musical de la Unión Europea.
“Prefiero votar por el ‘sí’, tener unos pocos años más de austeridad y darle a mi hijo un mejor futuro”, dijo la economista desempleada Marina Peppa, de 45 años. “No va a ser fácil, pero si triunfa el ‘no’ tendremos un Armagedón, la pobreza total”, agregó.