Ellos me animaron, me enseñaron, cuidaron, defendieron y me transmitieron la alegría de sus sueños para seguir adelante.
Comienzo por todo lo que es el Bañado Sur y los Bañados. Nos quieren desalojar y como en todo el Paraguay hay divisiones, pero el apego común a la tierra bañadense es mayor. Somos fuertes. La enseñanza mayor me la dieron cuando vivían en los refugios en condiciones de miseria sin perder su acogida. Y en todo lo que es Mil Solidarios con un equipo de formadores excelentes.
Sigo en mi agradecimiento a todos los compañeros (campesinos, presos, abogados, familiares de las víctimas, asuncenos, etc.) de Curuguaty que hemos pasado un año juntos en la carpa de la Resistencia luchando por una Justicia que todavía no hemos alcanzado. Esa farsa de juicio nos ha golpeado mucho. Aprendí de ellos que el pueblo paraguayo no se rinde, y menos si son campesinos. ¡Venceremos!
Todos los días he podido tener un programa de radio porque todos los días he podido contar con compañeros que me acompañaban y amigos que a micrófono abierto me expresaron sus ideas. Gracias a todos ellos pude aprender mucho y expresarlo todo en artículos diarios en Última Hora.
Este ha sido un año de muchísimas reuniones. Unas fijas, otras convocadas de pronto. También de citas ante el Panteón de los Héroes y de largas manifestaciones. A veces las comenzaba sin saber si la podría acabar (desde el Palacio de Justicia hasta el Senado son muchos kilómetros). Pero las acababa, porque una manifestación rodeado de estos compañeros calienta el corazón.
He recordado los hechos más llamativos. Pero el abrazo de una viejita empobrecida que merece ser princesa por su coraje no tiene nombre. Y son muchos así de todas las edades.
¡Gracias a todos!