Antes del partido hablar de una victoria de Cerro estaba dentro de las posibilidades, por su condición de equipo grande y por jugar en su casa, a pesar de tener presentaciones irregulares en Copa y el campeonato local, pero imaginar una diferencia de cuatro goles ante Guaraní nadie hubiera afirmado en la previa.
Y todo lo malo, lo criticado, en especial al entrenador colombiano, en cuanto a dispositivos tácticos utilizados y a los futbolistas a la hora de jugar, desaparecieron anoche. Cerro controló al Aurinegro desde el primer minuto hasta el pitazo final. En media hora de juego no hubo muchas situaciones y el partido fue parejo hasta el primer gol del partido. Desde allí, fue todo de Cerro, quien se aprovechó de los múltiples errores de Guaraní y descargó toda su furia con goles en la complementaria.
El equipo aurinegro estuvo muy lejos del nivel futbolístico que nos tenía acostumbrados. Ayer los jugadores claves estuvieron apagados y el medio sector no fue el soporte como en otros encuentros. No consiguió una sola situación clara ante la portería azulgrana y fue devorado por la presión del Ciclón y de su gente.
CUARTETO INTENSO. Cristian Insaurralde, Alfio Oviedo, Diego Churín y Óscar Ruiz marcaron la diferencia del medio hacia adelante. El peso ofensivo de Cerro creció con la presencia estos jugadores y el resultado final es el reflejo de ello. Leonel Álvarez disfrutó cada uno de los goles de su equipo, que con esta victoria y con dos partidos pendientes ilusiona a toda su gente a dar pelea por el título del torneo. El buen ambiente volvió y podría extenderse, si el miércoles vence de visita a Capiatá, a las 18.00.