Militares y policías se desplegaron en sitios estratégicos ante la llamada Toma de Caracas, convocada por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que espera reunir en tres grandes avenidas a un millón de personas para exigir al poder electoral que acelere el referendo.
“Toda Venezuela se está movilizando por el derecho a votar, por encima de la estrategia del miedo, el chantaje y el amedrentamiento, para hacer la más importante movilización política de nuestra historia reciente”, dijo el vocero de la MUD, Jesús Torrealba, al denunciar trabas del Gobierno para que los venezolanos del interior lleguen a la capital.
Pasando a la ofensiva, los chavistas se manifestaron este miércoles en el estado Miranda (centro) y convocaron a una gran movilización el jueves que llamaron la Toma de Venezuela en una avenida céntrica de Caracas, para defender su revolución.
“No nos provoquen a nosotros porque no solo vamos a trancar Caracas para que nadie entre, sino para que nadie salga”, advirtió en el acto multitudinario el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, al recordar que están prohibidos los vuelos privados.
Maduro acusó a la oposición de planear un golpe de Estado y amenazó con mandar a prisión a dirigentes opositores si se desata la violencia en la manifestación.
En vísperas de la marcha, las autoridades detuvieron a dos dirigentes opositores y fue enviado a prisión un ex alcalde que estaba en arresto domiciliario por supuestamente planear fugarse y actos violentos el jueves.
“La oposición se juega el todo por el todo, busca demostrar que es una gran mayoría en el país que quiere cambio”, afirmó a la AFP Diego Moya-Ocampos, un analista.