Para la analista, la manera en que Santiago Peña, ministro de Hacienda, se pasó a las filas del Partido Colorado es una señal negativa para la sociedad y, principalmente, para los jóvenes que aspiran a vivir en un país desarrollado. “No me imagino el tenor de una convención colorada y las imágenes difundidas del momento de afiliación y del pañuelo colorado en un país desarrollado de Europa o América Latina”, manifestó.
En su opinión, una situación como esta en un momento en que se está discutiendo la Ley de Presupuesto hace temer que la visión esté centrada en el interés particular de un partido político y del beneficio distribuido prebendariamente por encima de la rigurosidad técnica y el bienestar común. “Lo que estamos viendo hoy es la exacerbación de una conducta que muchos pensábamos que estaba cediendo pasos, lentos, pero cediendo al fin. La exigencia de ponerse el pañuelo colorado a un técnico de la alta gerencia pública nos retrotrae al oscuro pasado stronista”, lamentó Serafini.
Sobre la consulta de qué manera esta polémica en la que se ha visto desde el pasado fin de semana al titular de Hacienda podría afectar a su imagen, respondió: “Lo que queda claro es que el Gobierno y, en particular, el ministro de Hacienda perdieron autoridad moral para hacer propaganda de las becas y de los concursos”. Añadió que “al final la señal para la juventud es que lo que importa es el pañuelo y no los estudios para permanecer en el cargo”.
“Imagínese qué señal le dieron a los demás funcionarios públicos mucho más vulnerables a la presión político-partidaria, que una persona con estudios de posgrados en el exterior, experiencia en organismos internacionales y que no necesita de su sueldo como ministro para vivir”, manifestó. El presidente Horacio Cartes destituyó al ministro del Interior, Francisco De Vargas por ser liberal.