El presidente Juan Manuel Santos y el ELN, la segunda mayor guerrilla del país, comenzaron en febrero una negociación formal de paz con la que buscan un acuerdo como el alcanzado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que permita poner fin por completo al conflicto armado más antiguo de América Latina que dejó 220.000 muertos. “El propósito (...) es proteger a las personas no combatientes y a la población civil, de los efectos que el conflicto armado les causa, mediante acciones o acuerdos de carácter humanitario, de conformidad con el Derecho Internacional Humanitario”, dijo un comunicado conjunto.
Santos y el ELN acordaron iniciar un diálogo formal después de más de 3 años de contactos en los que concertaron los temas de la agenda de negociación y la logística. “Estas primeras semanas de trabajo ya empiezan a arrojar resultados concretos en términos de acuerdos y compromisos, lo cual no es algo menor”, dijo el jefe del equipo negociador del gobierno colombiano, Juan Camilo Restrepo. El ELN, que cuenta con 2.000 combatientes y es considerado como una organización terrorista por EEUU y la UE, es acusado de secuestros, asesinatos y ataques a la infraestructura petrolera y energética de Colombia, además de extorsiones a multinacionales petroleras y mineras. reuters