Lo conocen más en el sur que en la capital, pero aparecerá en la prensa cada día con mayor frecuencia. Es que, al adelantarse las internas coloradas, los probables candidatos se mueven con la legendaria rapidez de ese partido. Y el más veloz ha sido el gobernador de Itapúa, Luis Gneiting, quien aspira a presidirlo. Su apuro proviene de la percepción de que si no se posiciona ahora, podrá ser fácilmente desplazado después.
Hábil, ambicioso y metódicamente secuencial, este médico veterinario descubrió pronto que lo suyo era la política. La que rinde frutos: la de la ANR y, dentro de ella, la del oficialismo partidario. Desde que comenzó como presidente de la Seccional de Carmen del Paraná nunca más dejó de tener cargos públicos. Fue consejero de Yacyretá por casi una década, diputado nacional durante un lustro y, desde el año pasado, gobernador.
Hacer política sin recursos del Estado no tiene gracia. Fue Gneiting quien, en vísperas de un año electoral, propuso un inesperado aumento de 20% a los funcionarios públicos en el Presupuesto General de Gastos de 2012. Mataba dos pájaros de un tiro: quedaba bien con ellos y, de paso, desfinanciaba brutalmente el presupuesto del gobierno Lugo. Este se fue poco después por otros motivos, pero el agujero de cuatro billones de guaraníes más de lo que había enviado el Ministerio de Hacienda tuvimos que pagarlo todos.
Hombre habitualmente tranquilo, Gneiting ha tenido pocas peleas con sus correligionarios. Llamativamente, todas fueron por el mismo motivo: cargos y recursos para sus planes políticos. Así, el año pasado se enojó con James Spalding, director de Itaipú, a quien acusó de que le faltaba “una mayor actitud de colaboración”. En la jerga política eso significa más puestos en la entidad binacional para sus operadores.
A comienzos de este año se enfrentó con Juan Schmalko, director de Yacyretá, denunciando que su administración estaba llena de irregularidades. La razón del distanciamiento era la negativa de Schmalko de nombrar a una nutrida lista de personas presentada por Gneiting.
Fiel a su estilo, hace unas semanas empezó a acusar de “inoperante” al ministro de Hacienda, Germán Rojas. A continuación, Gneiting, como presidente del Consejo de Gobernadores, lideró un lobby feroz que logró que los diputados modificaran el presupuesto de Hacienda, transfiriendo 123 millones de dólares a las gobernaciones. Para eso era necesario recortar fondos de obras públicas y educación. Una vez más, justo en vísperas de un año electoral.
Gneiting puede llegar a ser el presidente de la ANR. Al fin y al cabo, es el candidato de los gobernadores colorados y eso no es poca cosa. Recuerde que ese fue el grupo impulsor de la candidatura de Horacio Cartes. Pero le falta, justamente, la venia del gran elector. Y este también mira con interés a Marito Abdo.
Así de novedosas son las opciones coloradas: o un prototipo del político clientelista o el hijo del secretario del dictador Stroessner.