La estancia queda al lado de la estancia Michî, tierra expropiada a favor de los indígenas de la comunidad Sawoyamaxa. Las propiedades están ubicadas en Loma Porã, sobre la ruta que une Pozo Colorado-Concepción.
Guggiari dijo que, como nunca “se perfeccionó” la expropiación, los indígenas no consideran los límites de la propiedad que les corresponde, y pasan a la estancia Alegría, donde supuestamente talan árboles de forma ilegal para venderlos sobre la ruta. También hubo ocasiones en las que se vieron camiones que cargaron con la madera, dijo el representante de la empresa. Acusó a los indígenas de actuar violentamente, quemando tractores y secuestrando a los capataces de la estancia.
De todo esto existen denuncias ante el Ministerio Público, aseguró. Sin embargo, no hay resultados de las investigaciones abiertas.
Señaló a la organización Tierra Viva como una de las que instiga a los indígenas a atropellar estancias.
Conversamos con José Paniagua, abogado de la mencionada organización, quien aseguró que ellos se encargan solamente de asesorar a las comunidades indígenas en lo que respecta a la recuperación de tierras ancestrales. Señaló también la deficiencia del Ministerio Público, ya que también hay denuncias de que capataces de la estancia Alegría apuntaron con armas de fuego a líderes indígenas, pero tampoco sin respuesta. Cualquier problema puede presentarse mientras no se delimite la tierra expropiada, indicó.