Al margen de lo jurídico –dijo– la resolución de su destitución, firmada por el rector de la UCA, Narciso Velázquez, “es arbitraria, ilegal, injusta e inconstitucional”.
Descartó apelar en su caso, pero espera que la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) se pronuncie en razón a que las instancias administrativas internas “ya están agotadas”.
“Quienes tienen la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las normas principales de la Universidad, que es la CEP, definitivamente debieran expedirse sobre este particular y decir con claridad: ratificamos al rector o decimos que el rector se equivocó y el profesor Galeano debe ser restituido. Eso es lo que yo espero, lo cual no quiere decir que vaya a ocurrir”, aventuró.
Galeano recalcó que en sus más de 40 años de servicio en la UCA, su trayectoria “no ha conocido una sola mancha”.
“Lo que no se me podrá señalar es que toqué un peso que no fuera mío, vendí una sola nota, fragüé una sola acta, acosé a un solo estudiante e hice cosas indebidas que hoy tienen estrado público y que no podrán endilgárseme”, tiró sobre los casos denunciados hace dos años en esa casa de estudios.
Mientras, el paro docente en la UCA continuará hasta su reposición en el cargo.