Me gustaría partir en dos este análisis. No puedo dejar de criticar a dos equipos que tienen material para brindar un buen espectáculo en el torneo y ubicarse en los primeros lugares de la tabla. La cuestión es diferente y producto de las malas actuaciones se encuentran en posiciones merecidas.
En deuda. En primer lugar, Cerro Porteño no puede seguir jugando de la forma que lo viene haciendo. Pasan las fechas y la sensación que deja el equipo de Farías es que no tiene un patrón de juego a seguir. Situaciones aisladas por jugadas individuales de sus jugadores son los puntos altos; en todo lo demás, aplazado. Somos exigentes con equipos que tienen material para ser superiores en todas sus presentaciones. Ayer, Cerro no causó problemas a la defensa rival y, salvo dos tapadas de Aguilar (a Díaz y Cáceres), lo demás fue pura insinuación.
Nadie niega de la capacidad de jugar al fútbol que tiene Jonathan Fabbro y hasta el Chico Díaz, pero hasta ahora ninguno apareció en todo su esplendor. La Pantera Leal quiso, pero no pudo. Sus intervenciones fueron en solitario, además de que fue poco asistido.
La defensa de Cerro sigue aclamando por un líder para ordenar atrás. Mareco y Leo Cáceres están en bajo nivel. La presencia de Valdez en este equipo es muy necesaria. De continuar así el rendimiento de Cerro, las críticas hacia Farías comenzarán a ser más fuertes.
Como siempre. Guaraní no termina de sorprender en cada partido. El cuadro aurinegro alcanzó dos extremos, de muy malo a muy bueno. Ayer hizo casi todo bien, excepto marcar goles. Las situaciones de gol que generó y hasta la posesión de las acciones de juego no se tradujo en el resultado final.
Da la sensación que Guaraní está condenado a seguir en las mismas, de dominar ante los grandes, pero no quedarse con los puntos. Las cosas se pueden complicar si el Legendario no levanta cabeza cuanto antes, y ni hablar si no revierte el marcador en contra, el jueves, ante Independiente del Valle, por la Copa Libertadores.
En síntesis, los que fuimos a Sajonia, ayer, nos retiramos con un sabor amargo tras la ausencia de goles y de situaciones para aplaudir. Cerro y Guaraní no llenaron las expectativas.