Paraguay, el país con mayor proporción de católicos de América Latina, se ha volcado para recibir al Papa, quien se encontrará con una población principalmente agraria y una de las más desiguales en cuanto a reparto de tierras, destaca un cable de la agencia EFE.
Según la agencia, habría que remontarse a la visita de Juan Pablo II, el único Papa que hasta ahora ha viajado a Paraguay, en 1988, para encontrarse con una movilización como la que se espera tenga lugar entre el 10 y el 12 de julio, fechas de la estancia de Francisco en el Paraguay.
Detalla que Francisco, gran aficionado al fútbol, juega en casa en Paraguay, que si no es el mismo país que encontró Juan Pablo II en 1988, durante los últimos coletazos de la represiva dictadura de Alfredo Stroessner, en lo social no ha avanzado a los niveles esperados.
Pese a que su crecimiento económico, con un promedio del 4% anual en los últimos años, es uno de los mayores de América Latina, esa bonanza no parece alcanzar al grueso de la población, que totaliza los 6.780.504 habitantes. De ellos, un millón y medio, el 22,6%, se encuentra en situación de pobreza, y el 10,5%, en situación de extrema pobreza, según datos oficiales de 2014.
Además, Paraguay es el país con la segunda mayor concentración de tierra en el mundo, ya que el 2,6% de los propietarios detentan el 85,5% de la superficie agraria, según la Agencia para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
A esa realidad se refirió el Papa en su reciente encíclica Laudato si, en la que defiende el “derecho natural a poseer un lote racional de tierra” y la necesidad de garantizar el acceso a “educación, créditos, seguros y comercialización” de productos para todos los campesinos de Paraguay.
La mención deja entrever que Francisco no desconoce las injusticias sociales que sufre Paraguay, aunque la incógnita reside en si lo expresará en público durante su visita.
En este sentido, a finales de junio grupos católicos y laicos expresaron su descontento porque el Papa no mantendrá durante su visita un diálogo directo con indígenas, campesinos y pobres urbanos, los sectores más deprimidos del país sudamericano.
De acuerdo con esos grupos, su agenda está organizada para que esos sectores asistan como meros espectadores a la reunión del Papa con representantes de la sociedad civil, prevista para el 11 de julio en el estadio León Coundou.