Capli destacó que las encuestas de las elecciones en EEUU se hicieron bien y los resultados cayeron dentro del margen de error. Además, hay que tener en cuenta el sistema electoral de ese país, indicó.
Los que marcaron la diferencia y en donde las preferencias eran muy estrechas fueron 3 estados, Florida, Michigan y Ohio donde decían que iba a ganar Clinton y finalmente ganó Trump, en los otros estados las encuestas acertaron. De los 50 estados en donde se hicieron las mediciones, acertaron en 47.
“Si nos fijamos en el seguimiento de las encuestas el día de la elección a Clinton le daban 45,4% y a Trump 43,7%, la diferencia es 1,7% y eso está dentro del margen del error”, dijo Capli quien destacó además que a nivel nacional Hillary Clinton obtuvo más votos que Donald Trump, tendencia que marcaban las encuestas.
“Lo que los medios norteamericanos publicaron era el total nacional porque vos tenes 15 cm de columna para publicarlo y en ese espacio no se puede explicar todo el sistema electoral estadounidense. Entonces se simplificó la información, en Florida estaba empate técnico y una pequeña variación cambió el resultado electoral. Solo Ohio y Florida daban vuelta toda la historia”, explicó el analista.
“La gente le da demasiado importancia a la encuestas, son tendencias hay que esperar a que la gente vote”, agregó.
Por un lado, hay que tomar con más pinza el tema de la medición, y por otro lado algunos medios o movimientos políticos que tienen intereses los manejan políticamente, admitió.
“A las encuestas hay que darle el valor que tienen nada más, no hay que pagar más por el pito lo que el pito vale, una encuesta no define una elección”, comentó en otro momento.
Capli citó el caso de Colombia, donde todas las encuestas daban la aprobación del tratado de paz, pero el día de las elecciones apenas votó el 35% y el 65% que respondió no votó, entonces la encuesta perdió actualidad.
Reconoció que los políticos quieren usar las encuestas para cambiar forma de pensar de los electores, pero eso es relativo. “Eso solo funciona cuando un político está juntando dinero de sus adherentes y la medición favorece para ablandar la mano de los adherentes, es allí donde funciona, pero no para cambiar el pensamiento de los indecisos”, acotó.