EFE
El fiscal de Marsella, encargado del caso, Brice Robin, explicó que el copiloto, identificado como Andreas Lubitz, de 28 años, de nacionalidad alemana y no clasificado como terrorista, respiró “con normalidad” hasta el momento de la colisión en los Alpes franceses, según la grabación sonora recogida en una de las cajas negras.
Pese a que en los primeros 20 minutos el copiloto mantuvo una conversación “normal y cortés” con el comandante, después se escucha al comandante preparar el informe de aterrizaje en Düsseldorf, al que el copiloto responde de forma “lacónica”.
Posteriormente, el comandante pide al copiloto tomar el mando -presumiblemente para ir a hacer sus necesidades- y se escucha el movimiento de una de las butacas y una puerta que se cierra.
En ese momento, cuando el copiloto ya está solo, acciona el sistema de descenso y ya no vuelve a hablar hasta el momento de la colisión.
“Ignoramos la razón, pero puede analizarse como una voluntad de destruir el avión”, señaló Robin.
Posteriormente, ante las preguntas de los periodistas, remarcó claramente que en este momento no existe ninguna pista que indique que la colisión pueda haber sido consecuencia de un atentado terrorista.
Robin agregó que las víctimas no se dieron cuenta de lo que iba a suceder hasta el último momento, porque en la grabación no se escuchan gritos hasta poco antes del impacto.
El copiloto era de nacionalidad alemana y no dijo ninguna palabra tras quedarse solo en la cabina, informaron además.
El Airbus A320 operado por la aerolínea alemana de bajo costo Germanwings, propiedad de Lufthansa, se estrelló el martes pasado en una zona remota de los Alpes franceses, provocando la muerte de las 150 personas a bordo, entre ellas 16 estudiantes adolescentes.
Dos de los pasajeros del avión eran residentes en Paraguay. Uno de ellos era venezolano, Nolberto Ariza, mientras que el otro, Juan Armando Pomo, era de origen argentino. Ambos formaban parte de la Compañía de Negocios Agroindustriales S.A.