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La fotografía urbana, que trata de capturar no solo el colorido de una urbe, sino también su historia y vivencias, es un fenómeno que en los últimos tiempos ha venido tomando fuerzas. Cada vez son más los reporteros que siguen esta línea, donde tampoco falta la denuncia y la crítica.
Uno de los más recordados en nuestro país es el alemán Klaus Henning, quien en las décadas del 60 y 70, con cámara en mano, recorrió Asunción y otras ciudades para dejar testimonio de cómo lucían en aquel entonces estos sitios. Un poco más de 50 de sus numerosas obras se pueden apreciar hoy en un libro compilado por Rocío Ortega, titulado Tramo Asunceno.
Con estas fotos la autora apunta a colaborar en la construcción de una historia social, con imágenes urbanas de la capital, y anhelar de este modo el montaje de un archivo fotográfico en Paraguay, que ayude a mantener la memoria colectiva. El libro apunta a recordar la historia nacional.
nuevos cultores. Al igual que Henning, actualmente hay varios fotógrafos que recorren Asunción, atraídos por su arquitectura, edificios, paisajes y, aún más, por su gente con sus costumbres y particularidades, que hacen tan única a cada ciudad. Entre ellos podemos mencionar a Jorge Sáenz, Javier Medina, Martín Crespo, Luis Allen y tantos otros que capturan escenarios y momentos urbanos.
“En general, creo que lo urbano representa la cultura del hombre manifestada en el lugar donde habita, cada grupo genera una arquitectura diferente”, destaca Javier Medina Verdolini, que se siente especialmente atraído por la arquitectura, e incluso creó varias series sobre la existente en la capital, una muy influenciada por la cultura italiana, según aclara.
“Me interesan ciertas cosas de la arquitectura, en la serie Descontrucciones me interesaban los cambios, las transformaciones; cómo la ciudad cambia totalmente en 10 o 20 años (...); trato de que la gente recuerde qué había en tal o cual lugar. Las fotos son un testimonio de lo que fue la ciudad”, destaca Medina, quien en ocasiones dice que “fotografía sin cámara”, mediante un recorrido visual, para luego volver con su equipo para captar lo que le llamó la atención.
Para Martín Crespo, otro gran cultor de la fotografía urbana, “la calle es una puesta en escena, nunca es la misma”, por eso siempre sale “armado”, con una cámara, por lo general compacta, ya que no intimida tanto a los demás. “No me gusta ser el fotógrafo, me gusta ser uno más”, dice.
El profesional está trabajando precisamente en el segundo tomo de su libro catálogo A propósito de Asunción, que rescata el cambio que vivió la ciudad a partir del primer tomo. “La urbe viene experimentando un cambio muy grande en los últimos años”, señala Crespo, al tiempo de mencionar que no piensa qué quiere transmitir con sus fotos, sino más bien se concentra en las emociones y sensaciones que despiertan en él. “A mí me gusta la ciudad, lo urbano, soy una persona de la ciudad, me gusta salir a la calle y ahí capturar momentos y situaciones; me gusta interactuar con la gente”, afirma Crespo.