Desde la perspectiva campesina, esta coyuntura es más preocupante que las anteriores ya que no solo atañe al campo, sino a todo el país.
“Cada vez más tierra se concentra en menos manos y por eso cada vez queda menos tierra para los campesinos”, señaló en la apertura de su discurso Villalba exhortando a la regularización de la tenencia de la tierra.
Genera alarma en las organizaciones campesinas que haya siete millones de hectáreas malhabidas y que la mayoría de las tierras productivas estén en manos de sojeros y cada día crezca esta estadística a ritmo galopante.
“Estamos más preocupados, porque cada vez más es mayor la expulsión del campesinado de sus tierras, y eso no es un problema solamente del campesinado, sino que es un problema de todo un país. Hay un modelo de producción que amenaza, atropella, mantiene en zozobra a los pequeños productores”, manifestó.
Cuestionó el hecho de que se criminalice el intento de recuperar la tierra por parte de los campesinos y enunció el caso Marina Cué, caso por el que fueron condenados campesinos. Hizo un llamado a defender la tierra como gesto patriótico. “Debemos unirnos como pueblo, organizarnos y defender nuestras comunidades, nuestro territorio, nuestro asentamiento, nuestra tierra”, señaló. Concluyeron en que el Gobierno de Horacio Cartes no hará nada por ellos y exhortaron a “abandonar” a los políticos antes que “acompañar”. Instaron a aglutinarse en el Congreso Democrático del Pueblo, instancia en la que convergen los movimientos sociales.
Cortina de humo. La FNC aplazó a la clase política por armar “el circo” de la enmienda y la reelección indefinida que encuadraron en una mera “pelea por el zoquete” de parte de los grupos de poder.