El organismo, que publicó sus conclusiones tras realizar su visita anual entre el 22 de mayo y el 2 de junio pasado, señaló que pese a que el sector financiero parece sólido, los bancos deben continuar fortaleciendo sus balances tras una década de rápido crecimiento del crédito.
Indicó que las mediciones más generales de calidad de los préstamos se deterioraron a lo largo del año y se mantienen en niveles elevados. En consecuencia, las entidades bancarias han aumentado su constitución de reservas y los préstamos morosos se mantienen en niveles manejables.
A renglón seguido, el FMI advierte que: “Hay indicios de que los créditos concedidos por prestamistas no tradicionales y no sujetos a regulación van en aumento, pero siguen representando una pequeña fracción del crédito”.
Desafíos. El organismo resaltó, no obstante, los importantes avances en la adopción de una supervisión bancaria basada en riesgos, entre ellos, la ratificación de la nueva Ley de Bancos.
Agrega que este progreso debe continuar con iniciativas como la modificación de la ley orgánica del Banco Central del Paraguay (BCP), la creación de un consejo de estabilidad financiera, y la adopción de una garantía de depósitos para las cooperativas de ahorro y crédito.
Recomienda insistir en la integración de la información financiera a través de una única central de riesgos y en una legislación sobre sociedades anónimas que se ajuste a las normas internacionales, lo que aumentaría la transparencia y contribuiría a salvaguardar las relaciones de banca corresponsal (agente financiero en el exterior). El informe del FMI también menciona que a medida que aumenten las presiones inflacionarias subyacentes y se reanude el crecimiento del crédito bancario, la orientación expansiva de la política monetaria debe ir replegándose gradualmente.