Garay halló, al parecer, una solución salomónica a la delicada situación que cierne a la Fiuna, que lleva cinco meses de paro estudiantil. Aceptó a grosso modo la recalendarización de los estudiantes en protesta; aunque una semana posterior a la propuesta inicial –que era el 16 de enero– para el reinicio de la actividad académica.
En razón a que los docentes volverán el 23 de enero de sus vacaciones, el nuevo calendario establece recuperar desde esa fecha el tiempo perdido durante la medida de fuerza.
La propuesta comprime el desarrollo de cinco semestres en dos años; por lo que recién en febrero de 2019 se normalizará el programa académico de la facultad. A la vez, el interventor añadió unas modificaciones al plan de los universitarios con el propósito de evitar litigios judiciales con quienes ingresaron a clases en los meses conflictivos.
Garay explicó a ÚH que se reconocerá el derecho de los pocos estudiantes que tienen firmas para rendir asignaturas. Estos podrán tomar sus exámenes finales en el transcurso de este mes; luego cursarán con normalidad las materias correspondientes al semestre superior. En paralelo, podrán recuperar aquellas materias que no pudieron desarrollar debido al bloqueo de las aulas.
DESFASAJE. En las siete carreras existentes en la Fiuna (Civil, Industrial, Electromecánica, Electrónica, Geográfica y Ambiental, Mecánica, Mecatrónica) se ofrecen un promedio de 120 asignaturas por semestre. Durante el paro solo se impartieron 60 de ellas, pero a un promedio bajo de alumnos, conforme al primer corte hecho sobre el registro de planillas de asistencia.
Tal es así que solo 30 universitarios –de acuerdo con una estimación aproximada– cuentan con derecho a rendir los exámenes finales de las materias cursadas desde agosto pasado. En contrapartida, el grueso de la población estudiantil –cerca de 2.500– recuperará el semestre perdido mediante el nuevo calendario que comprime cinco semestres en dos años.