Eusebio Torres Romero (80), descripto por sus víctimas como uno de los más crueles represores durante la dictadura de Alfredo Stroessner, fue imputado por la (supuesta) comisión del hecho punible de tortura.
El agente fiscal delegado de la Unidad Especializada en Derechos Humanos, Santiago González Bibolini, además solicitó al juez Penal de Garantías el arresto domiciliario, teniendo en cuenta la edad del encausado y lo establecido al respecto en el artículo 238 del Código Procesal Penal.
Carlos Ernesto Casco, Luis Alberto Casco y Teresa Aguilera de Casco, quienes durante la dictadura stronista sufrieron detenciones ilegales, realizaron la denuncia penal.
Según consta en la carpeta fiscal, Carlos Ernesto Casco fue trasladado en una embarcación paraguaya al departamento de Investigación de Delitos de la Policía Nacional, proveniente de la ciudad de Corrientes. Todo el tiempo en que fue privado de su libertad el hombre permaneció incomunicado; en ese trance igualmente recibió diversas agresiones físicas y sicológicas.
Por otro lado, Luis Alberto Casco fue detenido –según la denuncia– de forma irregular el 9 abril de 1975 en la ciudad de Villarrica, por policías que prestaban servicios en la Alcaldía del barrio Ybaroty. Luego fue remitido supuestamente a la Delegación de Gobierno de Guairá. En el lugar este hombre fue sometido a apremios y torturas físicas hasta el 12 de abril de 1976. De allí, supuestamente fue llevado hasta un calabozo con otros detenidos políticos.
Con relación a Teresa Dejesús Aguilera Casco, la misma habría sido privada de su libertad en la vía pública en Encarnación, Departamento de Itapúa, el 2 de abril de 1976. su detención fue ejecutada por funcionarios que no contaban con una orden judicial que los autorice. Luego, supuestamente fue remitida hasta la Delegación de Gobierno del séptimo departamento, donde fue interrogada y habría sufrido todo tipo de maltratos.