Sergio Cáceres Mercado
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El estilo shaky camera es uno de los preferidos para el género de terror. A aquella pionera Blair Witch Project le siguieron otras como Cloverfield, Actividad Paranormal, Con el diablo adentro o Rec (cuya cuarta entrega sigue en cartelera). Ahora se suma Así en la tierra como en el infierno, producción que aprovecha al máximo el clima de desesperación que crea con naturalidad la shaky camera.
El argumento o leitmotiv no es tan complicado porque lo esotérico brinda cientos de argumentos posibles para que estos jóvenes se internen en lo profundo de la tierra. Además, hay un juego de adivinanzas y enigmas que le resta lo poco de credibilidad que tiene, pero acrecienta el suspenso para los que gustan de los absurdos puzles que incluyen desciframientos de lenguas antiguas y símbolos de culturas y ritos ya extintos.
Jamás se habrá filmado película más claustrofóbica, pues supera en este sentido a La reunión del diablo (Shyamalan). Los ingenuos protagonistas deciden incursionar en las catacumbas que yacen bajo París en busca de un tesoro de la alquimia. Los estrechos pasajes suman a la desesperación de los jóvenes exploradores, atmósfera que es muy bien aprovechada y acrecentada por las cámaras que vibran y no fijan un objetivo claro en la oscuridad más tenebrosa. Las locaciones son geniales, y todos esos minutos desesperantes bajo París ya justifican toda la película, al menos para aquellos que pueden soportarla sin sofocarse, pues hay que decir que en esta ocasión el terror es de tipo claustrofóbico antes que el típico debido a lo maligno sobrenatural.