¿Hasta qué punto es saludable mantener una relación de amistad entre compañeros y/o entre colaboradores de una organización donde se desempeñan jefes, empleados, gerentes? Es la consulta que formula Última Hora a expertas en RR. HH.
Patricia Ramírez, gerente de Talent Search de Jobs, dice que muchas veces, el “uso” de la amistad se puede interpretar como una licencia para faltar el respeto o compromiso con los objetivos de la empresa que cualquier profesional tiene siempre como horizonte.
Jazmín Mendoza, de JM Group, apunta sobre el tema que los actores sociales de una organización tienen un rol con definiciones de responsabilidad y niveles de autoridad implícitos, así como “límites de su campo de acción” propios de cada rol. “Mantener y respetar los roles claros es parte de una salud organizacional, dará seguridad a las relaciones interpersonales y ayudará a la comunicación y la creación de vínculos de confianza”, agrega.
Ramírez sostiene que para mantener los límites de confianza y respeto es importante crear un ambiente de trabajo con igualdad entre colaboradores, mantener comunicación abierta y permanente, hacer sentir que todos son parte de una empresa, proveer oportunidades de aprendizaje y de mejoramiento de sus habilidades, además de demostrar una alineación entre las metas personales y las organizacionales y seguir la regla de oro: trata a tus empleados como tú deseas ser tratado.
COMPETITIVO Y CORDIAL. Sobre el ámbito ideal para mantener una relación laboral en la que prime el objetivo de la competitividad como empresa, y la cordialidad entre compañeros, Mendoza destaca que, en realidad, la elección en el nuevo modelo de trabajo no es una u otra, sino que deben coexistir ambas y equilibrarse. “Es una dinámica que tiene sus propias reglas intrínsecas: habrá momentos fuertes, duros, de compañerismo, de reflexión, discusión o festejo. La dinámica debe darse en un marco de tolerancia y respeto con espacios para el análisis”, sostiene.
Ramírez aporta que para construir y mantener buenas relaciones laborales es importante asumir los objetivos de la empresa, e intentar hacerlos propios, con un trato cortés y educado; además de trabajar en grupo (uno no puede hacer todo por más que tenga las capacidades); generar confianza delegando responsabilidades; potenciar las capacidades de los compañeros, animarlos a progresar; al tiempo de mantener la competencia laboral, transformarla en alianza estratégica.