En un duro comunicado de prensa, la organización señala que las farmacias deben “trabajar en favor de la salud de la población” y que “el consumo de sustancias psicoactivas para uso recreativo, sean estas legales o no, es perjudicial para la salud”.
La AQFU compara la marihuana con el alcohol y el cigarrillo: las farmacias “no venden otras sustancias de uso recreativo como tabaco o alcohol”.
Además, señalan que la idea, contenida en una inédita ley que regula el mercado del cannabis en Uruguay aprobada en el 2013, “no condice con las políticas que el Gobierno está implementando en relación con otras sustancias de consumo legal altamente usadas por la población (tabaco y alcohol)”.
Los profesionales, que son quienes responden como responsables técnicos de las farmacias (cada establecimiento debe tener uno en Uruguay), reclaman una revisión de la ley.
“Es imprescindible rever la ley que propone que la farmacia pase de ser un lugar de incentivo de una vida saludable y dedicado a la prevención de la salud y la mitigación y/o cura de la enfermedad, a ser un distribuidor de una sustancia psicoativa de uso recreativo”, concluyen.
El Gobierno anunció la semana pasada la entrega de dos licencias de producción a privados para cultivar marihuana para consumo a través de la red de farmacias, algo que se producirá según las autoridades en un plazo no menor a ocho meses.
Sin embargo, los químicos farmacéuticos han señalado que a pesar de ser los responsables técnicos de los establecimientos en donde se expenderá la droga, no se han reunido aún con las autoridades.
“La AQFU aún no ha podido reunirse con las nuevas autoridades de la Junta Nacional de Drogas ni con la Junta Directiva del IRCCA” (Instituto de Regulación y Control del Cannabis), las dos entidades que monitorean el cumplimiento de la normativa aprobada en el 2013. Señalan que esa reunión ha sido “varias (veces) postergada”. afp