28 mar. 2024

Familia recorre países en la casa rodante más pequeña del mundo

Vanessa Rodríguez

Paraguay.  Los viajantes están en el país hace seis meses.

Paraguay. Los viajantes están en el país hace seis meses.

MISIONES

A bordo de un pequeño fusca que rescataron de la ruina y al que lo llamaron Don Julio en honor al hombre que se los regaló; Miria, Javier y la hija de ambos, Shalom Regalado, de la ciudad de Chimbote, Perú, iniciaron hace tres años una aventura que los lleva a recorrer y conocer diferentes países de América.

Su vehículo es conocido como la casa rodante más pequeña del mundo, pues lo equiparon con todo lo que necesitan, pero con un tamaño en miniatura para que quepa en el rodado; tienen un baño de emergencia, ducha y todo lo que se precisa en una vivienda, incluso una pecera.

“Hemos iniciado este viaje hace tres años, ya hemos estado en Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile, Argentina y hace seis meses llegamos a Paraguay, ya recorrimos el Chaco, gran parte de Asunción, pasamos por Carapeguá, Paraguarí y, en Misiones, estuvimos en San Juan, San Ignacio y Santa Rosa. Ahora nos vamos rumbo a Encarnación y pasaremos por Ciudad del Este también”, expresó Javier Regalado, el capitán de la familia aventurera.

Miria es cantante profesional, ha grabado tres discos y mediante la venta de sus cedés financian parte del recorrido. Además les sirvió para superar momentos económicos difíciles, según cuentan. Javier es de profesión publicista y hace gala de su talento ploteando su vehículo acorde con el país que visitan. Ahora tienen una gran bandera paraguaya en el vehículo y la inscripción “Paraguay es de Cristo”.

OBJETIVOS. Los Regalado tienen cuatro objetivos que guían y fundamentan su viaje, que son: “Sembrar árboles en lugares donde puedan ser útiles, son 500 árboles para todo nuestro proyecto, plantamos dos a tres en cada lugar; anunciamos que Cristo viene pronto; fomentamos el respeto mutuo entre países de América; y entregamos distinciones a personas excelentes”, agregó Miria Regalado.

En los lugares que visitan entregan certificados de reconocimiento a personas destacadas que sirven a su patria, entre ellas, a los bomberos voluntarios de San Juan, San Ignacio y Santa Rosa, que lo recibieron.

Costean sus viajes gracias al apoyo de patrocinantes que han logrado conseguir hace un tiempo, pues en sus inicios fue difícil solventar sus recorridos, incluso tuvieron que vender caramelos para sobrevivir, según recuerdan.

Su vehículo, que es bastante llamativo y no pasa desapercibido, al volver a Perú quedará en un museo y la familia comprará uno más espacioso.