China: A través del espejo es la exposición del museo Metropolitan y el Instituto del Traje que dirige Anna Wintour, pero una vez más su gala benéfica, la que más flashes acapara en Nueva York en todo el año, fue una batalla campal por encontrar el look más destacado.
Sarah Jessica Parker incendió las redes sociales no tanto por la elección de su vestido, diseñado por ella misma para la marca H&M, sino por lo que culminaba su look: un tocado en llamas rojas de Philip Treacy, el mismo que hace dos años le había creado un penacho de plumas punk.
Pero, tras la muerte de Óscar de la Renta, quien a menudo vestía a la considerada la quintaesencia de la moda neoyorquina también pareció haber perdido efectivos.
No solo por ser víctima de la autopromoción, sino porque las estrellas emergentes han irrumpido con fuerza, no necesariamente con gusto, en los eventos sociales más cotizados de la Gran Manzana.
Las estrellas de nuevo cuño: Miley Cyrus fue atrapada en la temática punk de hace dos años, ahogada en un cuello de tachuelas, y Lady Gaga, que hizo una mezcla con la dinastía imperial, la peineta y el maxiescote.
Casi la última en llegar, dándose ese toque de realeza de las grandes divas, fue Rihanna con un vestido-abrigo de cola interminable que le convirtió, como en su propia canción, en Princess of China, vestida además por el diseñador del país asiático Guo Pei. Un acierto en su exageración.
Pero claro, el último lugar correspondía a la que, en su juventud, es ya realeza del espectáculo, Beyoncé, quien entendió China como una oportunidad para combinar transparencias y bordados, mostrar su cuerpo casi por completo, aparecer rubia y con coleta alta y ofrecer una de las imágenes de la noche por obra y gracia, también, de Givenchy.
PAREJA TOP. Luego llegaron los más deseados, George y Amal Clooney, derrochando elegancia esta última con un palabra de honor rojo desembocado en volantes de Maison Margiela, y también exhibieron encantos Sofía Vergara, de rosa palo, e Irina Shayk con un traje en lavanda. EFE