El barco, con cientos de cadáveres en descomposición, fue recuperado la semana pasada por la marina italiana a 370 metros de profundidad y transportado a Sicilia, en donde comenzaron la inédita y compleja operación para dar identidad genética a esos muertos.
“Estamos trabajando sin parar, hasta recuperar el último cuerpo”, informó Luca Cari, vocero de los bomberos, quien estima que esa fase durará unos diez días.
Los bomberos empezaron a limpiar la cubierta, donde encontraron numerosos restos, “probablemente de decenas de personas”, contó Cari.
Dos entradas por las paredes laterales de la embarcación fueron abiertas para facilitar el acceso directo a la bodega, donde viajaban hacinados la mayoría de los migrantes, casi todos africanos.
A partir del martes, los bomberos equipados con trajes de buceo y tanques de oxígeno se turnarán sin parar, con turnos de 30 minutos, para recuperar los cuerpos del interior. AFP