Para conseguir terminar con el incendio, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), en coordinación con el Centro Nacional de Recuperación de personal (CNRP) y la Fuerza Aérea, instalaron un puesto de mando y control en el Parque Simón Bolívar, uno de los más grandes de la capital colombiana, según un comunicado de la FAC.
Desde ese parque se aprovisionaron los helicópteros de combustible y se lideró la operación aérea, que terminó a última hora de la tarde de ayer.
En total, fueron necesarias 319 descargas desde los helicópteros con la aspersión de 140.370 galones de agua y líquido retardante para apagar el fuego.
Solo en el último día de operación, las tripulaciones de la Fuerza Aérea realizaron 34 descargas y lanzaron 16.728 galones de agua, agregó la información.
Como consecuencia del incendio, se produjo una nube de humo que puso en alerta roja a Bogotá, una situación agravada por las altas temperaturas registradas en los últimos días.
En la conflagración ardieron más de 40 hectáreas de bosques nativos y más de 900 personas trabajaron en tierra y aire para terminar con las llamas.