La Expo 2017 se desarrolla en medio de un crecimiento económico que para el común de la gente aún no se traduce en mejores niveles de ingresos. La percepción ciudadana es consistente con algunos indicadores oficiales, como el nivel de empleo y de pobreza. Teniendo en cuenta estos datos, el año 2016 y lo que viene de 2017 al parecer no generan beneficios a nivel microeconómico.
El nivel de pobreza dejó su tendencia a la disminución para mantenerse estable en los últimos años; el nivel de empleo en Asunción y el área metropolitana muestra un empeoramiento, la calidad de los empleos no mejora y los precios de algunos productos básicos de la canasta familiar paraguaya se elevaron. La sensación ciudadana es que el crecimiento del producto interno bruto no llega al bolsillo de las familias. El malestar está presente y dando señales de que la situación puede profundizar los altos niveles de conflictividad social y política ya existentes.
Si existe crecimiento económico, alguien se está beneficiando. Si la mayoría opina que no le llega, probablemente sea solo una minoría la privilegiada con el buen desempeño macroeconómico. Esta situación no contribuye a la construcción de una sociedad cohesionada y mucho menos a la posibilidad del crecimiento a largo plazo. Desde hace años, connotados especialistas internacionales señalaron que el aumento del PIB encuentra obstáculos en economías donde persistan altos niveles de desigualdad y conflictividad social.
No cabe duda de que el empleo creado en el sector privado debe ser un pilar central de las mejoras en el bienestar. Mayores y mejores empleos no solo generan los ingresos que permiten mantenerse fuera de la pobreza y lograr una vida digna; también constituyen el mejor mecanismo de movilidad social, de reducción de las desigualdades y de protección a lo largo de la trayectoria laboral y en el retiro.
Una alta proporción de la población gana menos que el salario mínimo, está fuera de cualquier mecanismo de seguridad social y no cuenta con las condiciones mínimas para producir eficientemente. Una parte de la solución se encuentra en el Estado y en las políticas públicas que debe implementar y, otra parte, en el sector empresarial con el cumplimiento de las normativas vigentes y con un buen gerenciamiento de la innovación.
El Paraguay que queremos lo debemos construir entre todos. La Expo reúne a una importante parte de la economía y cuenta con la atención de las autoridades, por lo tanto constituye un espacio importante para el debate sobre los cambios que requiere el país para lograr que la gran mayoría de la población paraguaya, hoy excluida de los beneficios del crecimiento, sea parte.
La calidad del crecimiento económico es una tarea pendiente.