“La pobreza, más que un fenómeno de bajos ingresos, es sobre todo escasez de bienestar”. Desarrollando este concepto, Ana Fonseca, la experta en Políticas Sociales que tuvo a su cargo el exitoso diseño y la implementación del Programa Bolsa de Familia de Brasil durante el gobierno de Lula da Silva, habló con Última Hora sobre los programas de transferencia condicionada de ingresos, que constituyen actualmente una de las principales políticas de protección social en América Latina y en Paraguay con Tekoporã.
Bolsa de Familia es el mayor programa de transferencia de Brasil y del mundo, tanto por el presupuesto destinado (0.5 % de PIB) como la cantidad de familias beneficiadas en los 10 años de implementación (unas 14 millones de familias). La visita de Fonseca responde a una revisión que se hará sobre el diseño del Programa Tekoporã para pasar de la etapa de transferencias a ofrecer otras ofertas de servicios públicos como vivienda, luz y agua.
“En la región apuntamos a ampliar la transferencia condicional de ingreso para mirar a las otras caras de la pobreza y hacer un trabajo coordinado”, resaltó la experta.
Sobre el siguiente paso, el de acoplar la oferta de servicios de este programa de transferencias, que nació en el 2005 bajo la presidencia de Nicanor Duarte Frutos y que se fortaleció con Fernando Lugo, Fonseca indicó que en términos de organización, es difícil en las políticas públicas hacer que los distintos ministerios o secretarías de Estado aúnen sus esfuerzos.
“Eso es una ingeniería social muy difícil. Se deben convergir en la misma dirección otras políticas y programas que se implementan. ¿Cómo hacer un paquete integral? Este es el desafío. ¿Cómo hará la Secretaría de Acción Social si no puede sola? Este es el desafío no solo en Paraguay.
Optimismo. En el 2005, Tekoporã empezó con 5.000 familias beneficiadas y actualmente alcanzan a 80.000, unas 320.000 personas. Esto es alentador, dijo Fonseca. “Estoy entusiasmada porque a Tekoporã lo quiero mucho, primero porque la palabra es preciosa, la primera palabra que aprendí en guaraní no fue mba’eichapa, fue Tekoporã. Me emociona su significado “bienestar”, y me da piel de gallina cuando hablo de esto”, afirmó.
