“¿Quiénes son ellos?”, preguntó la ex enfermera de la Guerra del Chaco, desde una silla de ruedas al ser fotografiada por el reportero gráfico en su aniversario. Lúcida con una sonrisa y su pulgar levantado posó para salir en el diario que todos los días lee gracias a una lupa.
Doña Tita, quien llegó al cargo de vice sargento primero de Sanidad durante la contienda, se mostró feliz y con muchas ganas de vivir por más tiempo.
Doña Tita, como cada vez que apaga velas, festejó con una misa su natalicio en el Perpetuo Socorro. “Mi mamá es un regalo de Dios. Es un privilegio. Soy el único sacerdote del Paraguay que le pudo dar la comunión a su madre centenaria”, elogió el padre Pedro Gennaro, párroco del Perpetuo.
La centenaria mujer, que reside en las inmediaciones del centro de Asunción, dio a luz a cinco hijos y cuenta ya con 17 nietos y 23 bisnietos.
Un día su hija María Silvia, quien cuida a Tita, escuchó un grito y pensó que su madre había muerto, pero ella solo había gritado porque Guaraní salió campeón. “Mi mamá no tiene ninguna enfermedad. Come de todo, pero elige lo que quiere”, relató Silvia abrazando a su madre, su tesoro.