El domingo último, la Policía de Buenos Aires, Argentina, incautó un cargamento con 500 kilos de marihuana procedente del Paraguay, en momentos en que era descargado de una avioneta en la ciudad bonaerense de Navarro. En el procedimiento fueron detenidas 11 personas, entre argentinos y paraguayos.
Este episodio, reiterativo en el vecino país, se suma al escándalo que produjo la detención del intendente municipal de la ciudad de Itatí, Natividad Roger Terán, en la provincia de Corrientes, en la frontera con el Paraguay, junto con varias autoridades de la Municipalidad y de la Policía local, a quienes se acusa de estar involucrados en una gran red de tráfico y distribución de la marihuana que se lleva desde Paraguay, concretamente desde zonas vecinas del Departamento de Ñeembucú.
Una serie de reportajes que periodistas de Última Hora vienen publicando desde el domingo, tras un recorrido por la zona fronteriza del duodécimo departamento, confirman que esta región de nuestro país se está convirtiendo cada vez más en un sitio privilegiado para el tráfico de estupefacientes y otras actividades ilícitas del crimen organizado, desde donde se distribuye y embarca la droga para el mercado negro en la Argentina.
Las localidades paraguayas de Ita Corá y General Díaz son mencionadas como los puntos principales en donde se han establecido las nuevas bandas de la narcopolítica, en las que estarían involucradas también autoridades locales. Las estadísticas compartidas por la policía argentina sostienen que entre 9 y 15 toneladas de marihuana se envían mensualmente desde el Ñeembucú a la zona de Itatí, para su distribución y comercialización en el vecino país.
El aislamiento que sigue sufriendo toda la región del Sur, con amplias zonas sin control efectivo de los organismos de seguridad, la precaria red de caminos de tierra que hacen imposible el acceso a varias localidades, además de una gran ausencia del Estado en áreas de salud, educación y oportunidades laborales para los pobladores, están convirtiendo al sur de Ñeembucú y a un sector del departamento vecino, Misiones, en un nuevo territorio privilegiado para el tráfico de estupefacientes y otras actividades ilícitas. Una situación lamentable para la región que cuenta con bellos lugares naturales y sitios de gran valor histórico que fueron escenarios de la Guerra de la Triple Alianza, con gran potencial económico si hubiese infraestructura vial y apoyo gubernamental.
El Gobierno debe incrementar su acción para desarrollar la zona, solo así evitará que se convierta en otro polo del narcotráfico.