EFE
El documental, dirigido por el italiano Andrea Ruffini, recorre el trayecto de los doce viajeros a través de esa región, que se extiende por Paraguay, Argentina, Bolivia y parte de Brasil, y se detiene en algunas de las experiencias que enriquecieron el proyecto.
Además del documental, el proyecto contempla la realización de un simposio internacional, una web interactiva, un libro y una muestra que estará expuesta en el Salazar hasta este viernes y que después viajará a Argentina, Bolivia y España.
Los pueblos indígenas, algunos de los cuales se encuentran en estado de aislamiento voluntario, así como los desafíos para el acceso a la propiedad de tierra o la recuperación de la memoria histórica fueron algunas de las realidades conflictivas del Chaco que se fueron revelando a lo largo del recorrido.
También centró la atención de los viajeros el avance de la frontera agropecuaria y la deforestación, dado que, según datos de la ONU, cada mes desaparecen un promedio de 20 millones de árboles en la región, el 81 % de ellos en Paraguay, el 10 % en Argentina, y el 9 % en Bolivia.
El documental forma parte del proyecto “Chaco Ra’anga” (“la figura del Chaco”, en lengua guaraní), que busca hacer visible la riqueza del Gran Chaco y los desafíos que enfrenta, y fomentar “una ciudadanía global comprometida con el desarrollo sustentable”, informó el Centro Cultural de España Juan de Salazar.
Con una extensión aproximada de 1.141.000 kilómetros cuadrados distribuidos entre Argentina, Paraguay, Bolivia y una pequeña parte de Brasil, el Gran Chaco es la segunda superficie boscosa más grande de Suramérica, solo por detrás de la cuenca Amazónica.
En la región chaqueña, entre Paraguay y Bolivia, vive además el único grupo indígena que queda en aislamiento voluntario fuera de la Amazonía: los ayoreo totobiegosode.