El Poder Judicial sigue “su” camino. En el juicio de Curuguaty, la fiscalía presentó acusaciones sin pruebas o perdieron las pruebas y cometieron toda clases de irregularidades. La sentencia ya parece que está hecha. No la vamos a aceptar.
La fiscalía pide para Rubén Villalba 40 años de condena. La mayor condena en años de los tiempos modernos. Para uno de sus compañeros, 25 años. Para otros dos, 20 años para cada uno y para todos los demás, 8 y 5 años. Y todos son inocentes. Igualmente, que usted y yo somos inocentes en esta causa.
Este juicio de los inculpados de Curuguaty necesita la ayuda de todos nosotros, nacionales o extranjeros. Es una farsa.
El Poder Ejecutivo ha mostrado de sobra que gobierna para los ricos, narcos, empresarios, sojeros, ganaderos y multinacionales en el Paraguay. Carece de sensibilidad social.
En cuanto al Poder Legis- lativo, ignora al pueblo y el pequeño grupo de sus componentes con sentido social, son profetas que predican en el desierto.
Cada día la prensa, radio y televisión (también salvo muy pocas excepciones) nos lavan el cerebro y provocan la sumisión ante los poderes.
Repetimos: y todos estos corruptos juntos nos están llevando hacia donde no queremos.
Lo que no ven estos o no quieren aceptarlo es que cada día crecen, en compromiso y en número, miles y miles de paraguayos y paraguayas que ya se hartaron y quieren “vencer y vivir” el nuevo grito de libertad de estos tiempos.
En este sentido, todo lo que se refiere a la masacre de Curuguaty ya está marcando un “antes y un después”. No admitimos ya la condena.