Kelly Wallace es corresponsal de CNN y cubre temas de familia, carrera y vida. Es madre de dos niñas. Y dice en su columna de cnnespanol.cnn.com que no existe una forma de hablar de desnudez enfrente de los hijos, sin que una persona se ponga ligeramente incómoda.
Wallce mantiene constantemente conversaciones con madres y padres en todo Estados Unidos y Canadá, y está claro que no existe un enfoque “único” a la pregunta de si está bien estar desnudo enfrente de los hijos y si hay una edad en la que ya no está bien.
Rhonda Woods, madre de tres hijos, dice que desde que sus hijos, que ahora tienen 20, 13 y 13 años, eran pequeños, ella y su esposo les enseñaron a no estar avergonzados por sus cuerpos. Dijo que tampoco han escondido sus cuerpos de sus hijos.
“A medida que crecían, mi esposo era más discreto con nuestras hijas y yo soy más discreta con nuestro hijo. No porque estemos incómodos, sino porque quizá ellos lo estén”, dijo Woods, una agente de bienes raíces en New Milford, Connecticut.
“Así que cuando es tiempo de que me desvista, le digo a quien sea de mis hijos que esté en la habitación, que planeo hacerlo y que tienen la opción de irse”.
La comodidad es clave
Si los padres y sus hijos están cómodos con que estos estén desnudos enfrente de ellos, no hay nada “inherentemente mal con eso en lo absoluto”, dijo Avital Norman Nathman, quien dice que su hijo de ocho años está acostumbrado a verla a ella y a su esposo desnudos en ocasiones cuando se visten o están en la ducha.
“Si mi hijo dijera o actuara como si estuviera incómodo por esto, por supuesto que respetaríamos eso”, dijo Norman Nathman, editora de la antología de maternidad The Good Mother Myth: Redefining Motherhood to Fit Reality, y fundadora del blog The Mamafesto.
“La desnudez, cuando es dentro de tu casa y 100% no sexual, no va a traumar a tu hijo, especialmente si todos están en la misma página, todos dieron su consentimiento y están cómodos con esto”.
Nancy Friedman, una madre de dos estudiantes de secundaria en Nueva York, dijo que, aunque cada niño es diferente, la mayoría de los niños aclaran cuando la desnudez de su mamá o papá ya no funciona para ellos.
“Creo que tus hijos te dejan saber cuando es momento de dejar de estar desnudos enfrente de ellos; normalmente en el momento en el que deciden que no quieren estar desnudos enfrente de ti”, dijo Friedman, cofundador del sitio de preadolescentes para compartir videos llamado KidzVuz.
A medida que los niños crecen, ciertamente desarrollan su propio sentido de modestia alrededor de otros, dijo Micky Morrison, madre de dos en Islamorada, Florida, y fundadora de BabyWeightTV.
“Pero incluso mi hijo de 12 años no duda en desvestirse enfrente de mí. Me imagino que un día lo hará, y eso está bien”, dijo Morrison. “Quizá algún día desviará la mirada o se pondrá incómodo con mi desnudez. Y eso también está bien”.
Amanda Rodríguez, una madre de tres niños en Frederick, Maryland, dijo que llegó a un punto con cada uno de sus hijos, normalmente no después de los cinco años, en el que creyó que ya no estaba bien estar alrededor de ellos.
“Comencé a sentirme incómoda al estar desnuda enfrente de ellos debido a las preguntas y el hurgamiento y búsqueda del ‘pene interior’ de mamá; eso creían que era una vagina”, dijo Rodríguez, fundadora del blog Dude Mom.
“No creo que si me encuentran sin querer en el baño los haga personas terribles o los deje marcados de por vida, pero es una incomodidad fácilmente evitable que ninguno de nosotros realmente necesita experimentar diariamente”.
Terry Greenwald, un padre divorciado, se pone sólidamente del lado de no estar desnudo enfrente de los hijos. “Sería muy difícil enseñarle a los niños cualquier tipo de modestia y humildad si un padre creyera que está bien estar desnudo enfrente de sus hijos. También generaría preguntas y conversaciones que podrían no estar listos para manejar”, dijo.
Por qué quiero que mis hijos me vean desnuda: bloguera
Hace algunos meses, una publicación de la bloguera Rita Templeton sobre por qué quiere que sus cuatro hijos; de 2, 5, 6 y 9 años de edad, la vean desnuda, el cual fue publicado también en The Huffington Post, se volvió viral.
Templeton dijo que quería que sus hijos vieran cómo se ven las mujeres “reales” antes de que fueran bombardeados con un ideal en los medios que no se compara con la realidad.
“Antes de que sean expuestos a los senos redondos y firmes como melones y a imágenes de traseros tensos sin hoyuelos, los expongo a un tipo diferente de cuerpo femenino. El mío”, escribió Templeton, quien bloguea en Fighting Off Frumpy.
Dijo que sus palabras provocaron una avalancha de correo de odio, tuits desagradables y acusaciones de que sexualiza a sus hijos. Buzz Bishop, padre de dos niños en Calgary, escribió una publicación de blog como respuesta a toda la indignación. Dice que juega juegos llamados “bebé desnudo” y “papá desnudo” en el baño debido a que sus hijos son pequeños mientras que, al mismo tiempo, le enseña a sus hijos a no quedarse viendo cuando están en la regadera del baño de hombres en la piscina de su vecindario.
“Rita hace lo que le funciona. Yo hago lo que me funciona. Tú haces lo que te funciona. Y simplemente intentamos enseñarle a nuestros hijos un poco de respeto para el otro, y para ellos mismos”, dijo Bishop, quien escribe sobre paternidad en su blog Dad Camp.
No parece haber mucha ciencia para ayudar a los padres a guiarlos si es mejor o peor para sus hijos, o si hace una diferencia, si los ven desnudos. No existen muchos estudios al respecto, aquellos que hay poseen resultados conflictivos.
En uno de los estudios hechos, no se encontró ningún impacto negativo en los adolescentes que regularmente veían desnudos a sus padres a los tres y seis años, pero en otro estudio se encontró que la desnudez parental cuando los niños tenían entre seis y 11 años resultó en actitudes más permisivas sobre el sexo y aumentó la frecuencia sexual.
Para algunos padres, como Maryellen, madre de dos niñas en Long Island, todo se trata de la conveniencia. “Seré honesta. A veces es más fácil y rápido solo meterlos a la regadera”, dijo. “Pero mis hijas tienen cuatro y seis años. En un año más ya no lo haré. Para ese entonces, quizá podrán bañarse ellos mismos (¿me atrevo a soñarlo?)”.
