La investigación interna evidenció que la empresa AyrFlow, perteneciente a Miguel Ángel Rivas Santacruz, primo hermano de Jhoni Báez Santacruz (gerente financiero de Essap), facturó irregularmente a la aguatera, en varias oportunidades. El escrito señala que las facturas emitidas son correlativas, con fechas diferentes, lo que hace presumir que los comprobantes solo se expidieron para la Essap.
Asimismo, se violó el artículo 18 del reglamento de Administración del Fondo de Caja Chica, porque los pagos a ser realizados por cada operación no podían exceder el importe equivalente a 20 jornales mínimos diarios. No se podrán fraccionar los pedidos de pago de un mismo material, objeto o servicios cuando se supere el monto citado.
Un servicio de poda de árboles fue fraccionado en tres pagos a través de la caja chica, según se aprecia en el reporte.
Por otro lado, otro dato llamativo es que la caligrafía que se observa en las facturas de AyrFlow es demasiado similar a la caligrafía de los documentos emitidos por la Gerencia Operativa de Regiones del Interior, a cargo de Óscar Basso. Se sospecha que el mismo Basso hacía las facturas para la empresa contratada y esto había sido denunciado por los sindicalistas. Por último, los auditores no encontraron el local físico de AyrFlow.
EXTERNA. La empresa Audicon, contratada por Essap, también halló irregularidades en el ejercicio 2015. Una de ellas es que el incorrecto criterio de valoración por fluctuación de partidas no monetarias incrementó erróneamente los ingresos y consecuentemente el pago en exceso a la Renta de Actividades Comerciales, Industriales y de Servicios (Iracis). También hubo déficit total de G. 11.223 millones en las cuentas de dudoso cobro, dado que no se aplicó el mismo criterio a todos los créditos morosos de Essap.