El cliente, necesitado del dinero, contacta al vendedor y se realiza la solicitud. Si el pedido se da a través de una tienda de electrodomésticos se hace figurar como que se compra un producto por un monto determinado. No obstante, de acuerdo con las denuncias que recibió ÚH, esos artefactos nunca se entregan y además el monto que obtienen es mucho menor. Por ejemplo, se pone que un aire costó G. 2.000.000 pero la persona solo recibe G. 1.000.000.
Como la empresa va a llamar a preguntar si se recibió el producto (hace la confirmación de la recepción), el vendedor le dice al cliente que le diga exactamente qué mercaderías “compró”.
Fuentes vinculadas al sector comercial señalaron a ÚH que muchas veces los vendedores sacan los productos y los van a vender a otro negocio, a otra persona o directamente a una casa de empeño por un valor superior al costo inicial.
Cuando ya tiene el dinero, hace el giro por vía telefónica o cita al cliente para encontrarse en un lugar público, como una plaza. Como se hace constar que se compró el producto, la empresa empieza a hacer el descuento por débito automático, ya que el cliente cobra su salario de esta forma. A veces solo los vendedores hacen estos préstamos usurarios, en otras ocasiones, los mismos comercios participan en el proceso.