La película “Mogambo”, protagonizada por Ava Garner, Grace Kelly y Clark Gable, dirigida por John Ford (1953), inspiró su colección “Eloisa”, la protagonista del filme, que se desarrolla durante un safari en África.
“Soy un enamorado del cine, me gusta las películas antiguas, me encantan en blanco y negro. Fue una época de grandes fiestas, de vestidos largos, de protocolo en que la imagen y estética se notaba más”, comentó a Efe el taranconero durante el Uptown Fashion Week, que desde hoy al jueves reúne a diseñadores conocidos y emergentes en el Museo de la Ciudad de Nueva York.
“Creo que el mundo giraba de forma diferente, sin tanta prisa, sin agobios”, afirmó el diseñador, uno de los más aplaudidos del evento.
Su colección se caracterizó por vestidos dorados largos de ensueño y mucho volumen, en telas brocadas y bordadas en pedrería, como sacados de un cuento de hadas, sin olvidar el rojo, de cola larga y corte asimétrico o corto estampado en flores, destacando el verde y rojo, ceñidos al cuerpo, definiendo la silueta femenina.
Componían además la colección faldas de línea recta en encajes o de más volumen y de tabletas con estampado, por debajo de la rodilla, con blusas verdes o negras a juego de mangas tres cuarto, y en un safari, no podían faltar los pantalones, muy femeninos.
Los sombreros a juego con la ropa, bolsos de asas cortas y collares y pendientes que no faltaron en la moda de los años cincuenta en el atuendo femenino completaron la colección de Sáez, que el pasado febrero ganó un “Dedal de oro” que se otorga a profesionales del sector de la moda y jóvenes creadores.
“Hay mucho glamour en la colección, que te hace soñar, que te hace recordar, es una colección que cuenta una historia, no es plana, tanto en tejido como en colores”, dijo el diseñador, de 25 años de su propuesta primavera/verano 2017, con su showroom en La Guinda de Serrano en Madrid, ciudad donde estudió, en la Escuela Internacional de Diseño de Moda.
Sáez dijo a Efe que llevaba un tiempo intentando presentar su trabajo en Nueva York, de lo que dijo estar “muy orgulloso”.
Bolivia estuvo presente con Eliana Paco, de la cultura aimara, con su colección “Pachamama” (Madre Tierra), inspirada en las “cholas” de La Paz, como se llama a las indígenas, con piezas de brillantes colores y confeccionadas a mano, y por Paulo Silva, cuyos diseños fueron confeccionados por mujeres víctimas de violencia.
“Para mi es importante mostrar mi cultura, la identidad que traigo con ella. La Paz es una de las maravillas del mundo y una de las razones por la que es así es porque tiene a la chola paceña, el icono de nuestra ciudad”, dijo a Efe Paco previo a su presentación.
Agregó que para ella es importante que su cultura “la conozca el mundo” y poder abrir un mercado para los artesanos con su presentación en Nueva York.
“Habemos muchos artesanos de los sombreros, las joyas, el macramé de las mantas, de las texturas de mi región. Estoy muy contenta de poder mostrar el trabajo en una pasarela internacional, es una oportunidad para fortalecernos”, agregó la diseñadora, que viene de presentar una colección en el Palacio Nacional de su país, donde por primera vez se realizó un desfile.
Algunas de las prendas, como las polleras, fueron confeccionadas en lentejuelas “para traer ojos internacionales” en piezas que según Paco, pueden ser usadas acompañas de tacones y llevarse a cualquier lugar.
Para Silva, de 27 años, su presentación en esta ciudad es una oportunidad para que las mujeres víctimas de violencia a que las confeccionaron vean que su trabajo llegó a Nueva York.
El boliviano, un biólogo que abandonó su profesión por la moda, presentó un trabajo juvenil, inspirado en insectos de la fauna de su país.
