Tal como se esperaba, el legislativo decidió, por 69 votos a favor y 59 en contra, darle a Sturgeon un mandato para tratar de conseguir un permiso del Parlamento Británico en Londres que permita avanzar con los preparativos para un referendo. El Parlamento británico –donde la primera ministra Theresa May tiene mayoría– decide si Escocia puede celebrar un segundo plebiscito. “Escocia, al igual que el Reino Unido, está frente a una encrucijada”, dijo Sturgeon. “Cuando el artículo 50 del Tratado de Lisboa se active mañana (hoy), el camino para nuestro país será inevitable e impactará en el comercio, la inversión y nuestros estándares de vida. Y un impacto en la naturaleza de la sociedad en la que vivimos”. El Gobierno británico dijo que no negociará la propuesta escocesa. “Sería injusto para el pueblo de Escocia pedirles que tomen una decisión crucial sin la información necesaria para nuestra futura relación con Europa”, destacó. Escocia votó contra la independencia en un referendo en 2014, pero Sturgeon dijo que la situación cambió debido a la decisión británica de dejar la UE. Reuters