Las autoridades municipales demostraron que la descentralización es todavía una aspiración sin condiciones de ser implementada. Los recursos recibidos provenientes de royalties y compensaciones –y en los últimos años del Fonacide– no dieron los resultados esperados. Las denuncias de docentes y familias acerca de la mala calidad de las aulas construidas han sido permanentes. La prensa ha dado a conocer no solo las denuncias, sino también casos concretos de infraestructuras mal construidas e inclusive de techos que se caen.
Esta situación no solo tiene como consecuencia el derroche de recursos, sino también el riesgo que enfrentan los niños y niñas que asisten a las instituciones educativas, ya que al parecer una parte importante de las aulas adolecen de problemas estructurales y pocos años después empiezan a presentar quiebres y derrumbes. La descentralización es una demanda permanente de ciertos sectores de la sociedad y de la política. Los argumentos son varios. En primer lugar, se asegura que la política municipal está más cerca de la ciudadanía; por lo tanto, puede interpretar mejor sus demandas y necesidades.
En segundo lugar, al estar más cerca, también se facilitan los procesos de rendición de cuenta y transparencia por parte de la Municipalidad y sus instancias y la auditoria desde la ciudadanía. Finalmente, se aduce una mayor eficiencia porque los municipios pueden provechar las ventajas que ofrece la cercanía, en este caso particular, la adquisición de materiales y construcción y la contratación de recursos humanos de la zona.
Sin embargo, la información existente da cuenta de los serios problemas que enfrentan las municipalidades del país. En el caso concreto de la construcción, la mala gestión y la corrupción hacen que se terminen contratando a las constructoras amigas y que la fiscalización y la elaboración de los pliegos sea de mala calidad. Los municipios han recibido fondos desde el nivel central, por lo que ni siquiera han debido dedicarle esfuerzo ni atención a la recaudación de tributos para financiar las obras.
La construcción de aulas constituye una muestra de que el país no está en condiciones de descentralizar. No había mejores condiciones posibles a las actuales. Los municipios reciben fondos, cuentan con la asesoría del ministerio en materia de las especificaciones técnicas y las aulas son obras estratégicas para el país, porque lo que también ellos pueden es colaborar en hacer el seguimiento a la calidad de la obra durante todo el proceso. A pesar de las condiciones favorables para hacer bien las cosas, se inicia un nuevo año sin verse cambios sustanciales en la infraestructura escolar. Es urgente que el país evalúe el rol de los gobiernos municipales y sus capacidades; de otra forma, continuarán desperdiciándose recursos y, sobre todo, tiempo. Paraguay se encuentra en plena etapa demográfica, por lo que debe aprovechar estos años para aumentar la cobertura y la calidad de la educación.
Una niñez que crece y no recibe educación de calidad será la niñez que reproducirá la pobreza y las desigualdades con el consiguiente tiempo perdido para mejoras las oportunidades para el desarrollo. Por eso en necesario tomar las medidas pertinentes para garantizar mejoras en los establecimientos educativos y en el uso de los recursos públicos.