Las rejas luqueñas tienen un detalle particular: no fueron colocadas en las bocacalles de cada cuadra de la avenida. El argumento en la Municipalidad para no completar la instalación es que se constituiría en un obstáculo a la visual de los conductores a la hora de cruzar la arteria.
La avenida Humaitá se encuentra en el centro de Luque, en la zona comercial, y uno de los tramos era constantemente ocupado por puestos de vendedores, quienes, pese a reiterados desalojos en los últimos años, siempre volvían a instalarse, al igual que en la vereda de los comercios del frente.
A fin de combatir la ocupación del paseo central de la avenida Humaitá, la actual administración municipal de Luque encaró en los últimos meses la colocación del enrejado a lo largo de las varias cuadras del espacio público.
Las rejas no son elevadas, pero ya sirven para evitar la presencia de vendedores. Fuero instaladas al borde mismo del paseo central, con los colores azul y oro que caracterizan a Luque.
Al recorrer el lugar se observa que el trabajo no está terminado, porque las rejas no se colocaron en las bocacalles, por lo que el ingreso no es restringido en los extremos. Además, en algunas de las esquinas de Humaitá, el enrejado es de pocos centímetros, instalado hacia los costados, pero ya no se ubicó en todo el contorno de cada bocacalle.
En la Dirección de Obras de la Municipalidad de Luque, ante una consulta de ÚH, indicaron que no se instaló el enrejado en las bocacalles porque los conductores empezaron a notar que iba a obstaculizar la visión al cruzar desde las arterias trasversales las dos calzadas de la avenida. Y que ante esa situación se hizo un rebaje en los costados en algunos sectores.