Esto no hizo otra cosa que dejar varias viviendas en una situación de absoluto peligro, atendiendo que las casas se encuentran a solo metros del abismo, con altas probabilidades de derrumbe.
Este panorama de desolación se presenta en 22ª Proyectada y Paraguarí, donde además se suman las malas condiciones del puente peatonal que tiene su estructura de madera en pésimo estado, lo que hace que las personas que lo cruzan estén expuestas a caer al fondo del contaminado cauce hídrico.
En este sector de la ciudad hay tramos en los cuales el muro de piedra se perdió por completo por acción de las torrentosas aguas y, en otros puntos, está totalmente agrietado, por lo que ya no ofrece garantía a los pobladores.
temor. Precisamente en esa dirección quedaron rastros de lo que fuera la casa de la familia Ortellado, la cual optó por buscar otro sitio ante los daños profundos y cada vez más progresivos que causaban los caudalosos raudales que se formaban en cada jornada de lluvia en el cauce del mencionado arroyo.
En el caso de la familia Candia, la misma desde hace varios años habita su humilde vivienda a pesar de que la misma ya no cuenta con protección alguna en cuanto a muros. Sus integrantes ya abandonaron varias dependencias, cuyas bases ya están socavadas y a punto de ir al fondo del arroyo, para mudar sus pertenencias a otras que están en áreas más seguras de su propiedad.
Ahora el riesgo es para la familia Marín González, la que tiene su casa en el sitio donde este fin de semana cedió la cobertura pétrea. Ahí se observa que el cementado colocado a la entrada y parte de su muralla presentan profundas fisuras, con la amenaza de llevarse incluso la tierra del patio del inmueble.
Flora Marín indicó que ya se hicieron numerosos reclamos en la Comuna capitalina para reparar lo que queda de muros y construir otros en aquellos sectores en los que ya no existen, pero que pasado el tiempo el pedido de auxilio de la gente no ha sido atendido por las autoridades.