Con quién pasar la Nochebuena y el Año Nuevo es el dilema que se presenta en muchas familias en las que mamá y papá están separados y hay hijos de por medio. Se pueden producir conflictos en los que al final el mayor afectado es el niño.
Cuando falta algún integrante de la familia en la mesa de celebración, ya sea por trabajo, muerte o separación, es cuando se produce el síndrome denominado “de la silla vacía”, y en las fiestas de fin de año es cuando la carga emotiva es mayor. Se acentúa si la tensión familiar no es resuelta por los adultos.
La separación de los padres es una situación que afecta aún más a los hijos durante estas fiestas. El doctor Andrés Arce, jefe del Departamento de Psiquiatría del Hospital de Clínicas, explicó que en estos casos los principales afectados son los hijos, que por lo general quedan en medio de las tensiones y peleas de adultos en una suerte de puja entre mamá y papá.
“La separación es una ausencia definitiva. Esto afectará en mayor o menor medida a los hijos, dependiendo de cómo se da el relacionamiento. Lo malo persiste si pese a la separación continúan los conflictos entre los padres”, afirmó Arce.
Recomendó que se superen los conflictos, se acepte que cada uno ya es independiente. Esto permitirá dialogar y buscar lo mejor para el niño, más aún en estos días en que el chico está más sensible.
El especialista aconsejó a los padres iniciar el diálogo y planear cómo pasarán las fiestas de manera anticipada, a fin de evitar llegar al 24 de diciembre en medio de tensiones y angustias porque aún no se definió con quién pasará el niño la Nochebuena.
Agregó que es fundamental la comunicación para evitar que el niño sufra y piense que nadie quiere pasar con él la fiesta.
ALTERNATIVA. El doctor Arce recomendó que en caso de no lograr una reconciliación en el relacionamiento, es bueno que se deje a elección de los hijos, si ya son adolescentes o adultos jóvenes, pasar la Navidad con uno y Año Nuevo con otro. Tanto papá como mamá deben respetar la decisión.
Arce puntualizó que lo ideal es encontrar un equilibrio y que cada fecha sea compartida con los hijos.
Indicó que debe primar el bienestar de los niños para que ellos sientan que son queridos.