El fiscal jefe Hisham Barakat fue el funcionario de más alto rango muerto por un ataque de milicianos desde que el presidente Abdel Fattah al-Sisi, ex comandante en jefe del Ejército, derrocó al presidente islamista Mohamed Mursi, a mediados de 2013, tras protestas masivas contra su mandato. Jueces y otros funcionarios fueron atacados cada vez más por militantes islamistas que se oponen a Sisi y, aparentemente, molestos por largas sentencias a prisión impuestas a miembros de los ahora proscritos Hermanos Musulmanes.
El mes pasado, la filial egipcia de Estado Islámico llamó a sus seguidores a atacar a jueces, abriendo un nuevo frente en una insurgencia islámica en el país más poblado del mundo árabe. Mursi, un líder de los Hermanos Musulmanes que fue elegido libremente como presidente de Egipto en 2012, fue sentenciado a muerte este mes por un escape masivo de prisión en 2011. Los Hermanos Musulmanes negaron cualquier vínculo al reciente derramamiento de sangre y han reiterado lo que llaman un compromiso de larga data con la no violencia. reuters