Estos planetas son fáciles de estudiar y se ha observado que orbitan en torno a sus estrellas a distancias en las que podría existir agua líquida. “En este momento parece ciencia ficción, pero nunca se sabe. Estoy deseando ver cómo será el futuro”, apunta De Zeeuw, quien afirma que el Telescopio Extremadamente Grande –ELT– jugará un papel fundamental en esta búsqueda.
Este telescopio (antes llamado E-ELT; la primera E de Europa ha caído porque la participación va más allá de países europeos) se construirá en el Cerro Armazones, en el norte de Chile, y su primera piedra se pondrá el 26 de mayo de este año: es posible que este encuentre indicios de habitabilidad y/o vida en otros planetas.
El citado telescopio, llamado a convertirse en el mayor y más potente del mundo, será “una herramienta poderosa” para estudiar estos y otros nuevos exoplanetas, sobre todo la composición de sus atmósferas, afirma el director general del Observatorio Europeo Austral (ESO), quien agrega que además sería capaz de detectar biomarcadores que indiquen la presencia de vida, en caso de existir. El ELT estará listo en noviembre de 2024 y plenamente operativo a principios de 2025 (las obras de acondicionamiento del lugar donde estará ubicado ya han empezado y el 80% de los contratos industriales se han firmado). efe