María Eduarda fue enterrada en el cementerio Parque Jardim de Mesquita, en la Baixada Fluminense, tras una velatorio marcado por la rabia y los reclamos de justicia para que se aclaren las circunstancias de su muerte.
“No fue una bala perdida, fueron cuatro perforaciones. ¿Qué bala perdida es esa? Por el amor de Dios?¡" denunció hoy la hermana de la niña.
La niña recibió cuatro impactos de bala el jueves, mientras hacía gimnasia en el patio de su colegio, en el barrio de Pavuna del norte de Río de Janeiro.
Las balas procedían de un tiroteo que mantenía la policía con un grupo de delincuentes en las proximidades de la escuela de María Eduarda.
Poco después, también cerca del colegio, dos policías remataban a tiros a dos sospechosos que estaban en el suelo, heridos y presuntamente desarmados.
La ejecución fue grabada por una cámara próxima y su difusión desató un escándalo sobre la violencia policial en Río.
La policía investiga el origen de las balas que acabaron con la vida de María Eduarda y ha detenido a los dos agentes implicados en la ejecución mientras se investigan los hechos.