El canciller destacó que esta noticia es el resultado del trabajo realizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores desde hace tiempo, juntamente con el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), “teniendo en cuenta que esta Secretaría es la que tiene que presentar todas las certificaciones y cumplimientos sanitarios”, explicó.
Agregó que esta apertura tiene un doble efecto, “porque basta con que uno de los países miembros del golfo autorice y certifique la calidad sanitaria de esos productos, para que los mismos puedan comercializarse en los otros países del golfo”, enfatizó.
Por su parte, el presidente del Senacsa, Hugo Idoyaga, señaló que los frigoríficos que estén interesados en exportar tendrán que gestionar la certificación religiosa que tiene que ver con el método halal de faena de los animales. “Ya no existe ningún impedimento sanitario para poder exportar nuestra carne a los Emiratos Árabes, salvo la certificación religiosa”, celebró Idoyaga.
Ritual. El método halal establece que el animal, antes de ser sacrificado, debe estar orientado hacia La Meca.
El encargado de matar el animal, tras haber invocado el nombre de Dios, realiza una incisión precisa y rápida en el cuello del animal con un utensilio bien afilado a fin de permitir un sangrado rápido y que el ganado no sufra.
En total diez frigoríficos locales recibieron la habilitación. Idoyaga aclaró que si bien el mercado árabe no es muy grande, “de lo que se trata es de ir ampliando los mercados y que vaya el producto donde haya alto precio y los países del golfo son de alto precio”, afirmó.
El mercado emiratí representa aproximadamente nueve millones de potenciales consumidores, pero con posibilidad de reexpotar a países vecinos.
Emiratos Árabes Unidos había suspendido el ingreso de carne paraguaya en el 2012, debido al brote de fiebre aftosa. Según los registros, la exportación de carne a este mercado rondaba los dos millones de dólares anuales.