El representante de la citada agremiación del sector privado, Guillermo Parra, sostuvo que la escasez del alcohol carburante se puede dar por falta o exceso de la demanda o la oferta.
Señaló que la demanda de las naftas de tres tipos que llevan la mezcla del 24% de alcohol registra un aumento vegetativo del orden del 15% anual.
Añadió que en el mercado también se venden el alcoflex, que es 85% alcohol y 15% de nafta, y el alcohol puro sin mezcla; sin embargo, ambos combustibles no aparecen con un aumento importante en la demanda.
Parra manifestó que estos datos resultan preocupantes para los productores de alcohol porque desde el año 2006, cuando existía la mesa de combustible, se logró que la importación de vehículos flex tengan régimen cero.
“Llevamos diez años, pero no hubo despegue de consumo de alcohol en vehículos flex, a pesar de que existió mayor oferta de este tipo de rodados en el mercado. Al menos, esto no se refleja en las ventas de alcohol ni el alcoflex 85”, recalcó.
CAPACIDAD. En cuanto a la producción de alcohol, expresó que existe muy buena capacidad instalada para satisfacer la demanda, pero que ahora se tropieza con los problemas que presenta la Ley 5444, sancionada en el 2015, de fomento al consumo de alcohol carburante.
Apuntó que esta ley exige que se use caña de azúcar como materia prima para producir alcohol y recién cuando se haya acabado se podrá utilizar maíz con materia prima, con lo cual se impusieron restricciones importantes a la producción de alcohol en Paraguay.
El ingeniero Parra señaló que el MIC no autoriza a tiempo el uso del maíz para producir alcohol, a sabiendas de que la productividad del alcohol es baja.
Consideró que el Ministerio de Industria más bien debería fomentar y hacer más eficiente la productividad de la caña de azúcar, y dejar abierta la posibilidad de uso de maíz en paralelo, a fin de que evitar la escasez.