El Estado continúa realizando el viaje lento y pesado que inició hace muchos años sin que hasta ahora haya podido deshacerse de miles de funcionarios públicos, implementando una política que permita la generación de empleos en el sector privado capaz de absorber su salida, y sin enfocar su mirada en el crecimiento real de la gente.
Aunque se intentó en un momento dado disminuir la cantidad de personal público a través de la implementación del retiro voluntario, la administración estatal continúa engullendo funcionarios sin demostrar que está buscando una solución de fondo para evitar esta situación.
Y lo que en principio parecía una oportunidad para frenar las apetencias políticas, terminó siendo violada por el propio mentor de la Ley de Responsabilidad Fiscal: Horacio Cartes, a través de los parlamentarios colorados.
La aplicación de esta normativa demostró ser un reto, lo que debilita su papel como ancla institucional de la política fiscal, entiende la calificadora de riesgo país Fitch. Es que el Congreso aprobó el Presupuesto 2015 con un déficit fiscal del 3,5% del PIB, por encima del límite legal de 1,5%. Fitch, que recomienda a sus clientes dónde invertir, cree que el incremento salarial otorgado a maestros y médicos y el aumento de las transferencias a las gobernaciones en un año electoral hacen que sea difícil de acatar el techo del crecimiento del gasto corriente primario, establecido en 9% como máximo.
A Fitch le llama la atención el hecho de que las autoridades parecen estar dispuestas a aceptar desviaciones del límite de déficit legal, si se derivan de proyectos de inversión pública con financiamiento externo seguro. Y aunque el Ministerio de Hacienda está ultimando los detalles para disminuir el saldo negativo de las cuentas fiscales, es poco y nada lo que puede hacer este año. Y probablemente siga así si no logra un consenso político que impida seguir otorgando lo que no se tiene.
Porque de nada sirve que el Poder Ejecutivo aplique los mejores programas de control de gastos, si el Poder Legislativo hace y deshace el presupuesto estatal pensando en las elecciones que se acercan.
Las necesidades son innumerables, pero es el momento de poner freno al constante crecimiento de la burocracia estatal. Los políticos creen que el Estado no quebrará nunca y bajo esa premisa hacen su campaña política. Es necesario hacerles entender que el Estado somos todos; que si le va mal, a todos nos irá mal, y que si le va bien, a todos nos irá bien.
El viaje de este elefante lo único que necesita es una buena administración de nuestros impuestos, para que todos podamos tener la vida digna que nos merecemos.